Mónica Galicia tiene 36 años de edad, antes de cumplir 30 años en dos ocasiones desarrolló tumores que la llevaron a someterse a diversos tratamientos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), incluida una mastectomía radical para evitar que el cáncer avanzara en su cuerpo y poner en riesgo su vida.
Por años buscó la reconstrucción del seno que perdió para recuperar su autoestima y confianza, pero los costos de la cirugía y el implante se convirtieron en un impedimento.
A fin de beneficiar a derechohabientes como Mónica que sufrieron el retiro de uno o ambos senos, en una decisión histórica, el Consejo Técnico del IMSS aprobó en abril de 2024 un Criterio de Mérito para ampliar la cobertura del Seguro de Enfermedades y Maternidad.
Con ello, se autorizó el otorgamiento de prótesis mamarias a mujeres derechohabientes a quienes se les practicó una mastectomía derivada de un diagnóstico de cáncer de mama.
De esta forma, Mónica fue una de las primeras 10 derechohabientes que el pasado 21 y 22 de septiembre recibieron un implante de uno o ambos senos durante la Primera Jornada de Reconstrucción Mamaria en el Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI.
Relató que la primera vez que detectó un problema en su seno fue hace más de 10 años. Durante un juego de fútbol, recibió un golpe brusco en el pecho que le provocó dolor. Días después, al realizarse la exploración, notó que tenía una bolita.
“No le tomé mucha importancia porque era muy pequeña, posteriormente fui por un ultrasonido para ver qué me decían y encontraron que tenía un hematoma que desapareció con tratamiento, masajes y medicamentos”, señaló.
Ese fue el primer aviso. Cinco años más tarde se detectó una bolita en el mismo seno, los estudios de ultrasonido y biopsia determinaron que tenía un tumor benigno, en solo un mes el tamaño de la masa abarcaba casi todo el seno por lo que entró a cirugía y fue posible eliminar el tumor completo sin retirar el seno, se mantuvo en seguimiento con rehabilitación cuidado.
Mónica se casó y un mes después de tener a su segundo hijo, por tercera ocasión apareció una bolita en el mismo seno; a pesar de que nuevamente el tumor era benigno, la recomendación de los especialistas era retirar por completo el seno y así evitar que la aparición de un nuevo tumor se tornara maligno e invasivo, lo cual pondría en riesgo su vida.
Tras la cirugía, recibió apoyo psicológico y de rehabilitación en el IMSS por el difícil proceso que estaba enfrentando. “Entré en depresión porque siempre he sido una persona muy vanidosa y sentía que no era la misma, que me faltaba algo de mi cuerpo, no me sentía bien al verme al espejo”.
Ante los costos que implicaba una cirugía para la colocación de un expansor y la reconstrucción de seno mediante implante de mama, por varios años buscó opciones para sentirse mejor como utilizar una bolsita con arroz o someterse a una lipoinyección, sin resultados que fueran satisfactorios.
Hace poco más de un año, gracias a un donativo, le colocaron un expansor en el seno para aumentar la cantidad de tejido y piel para reconstruir la mama y en septiembre de este año recibió el implante de mama que por mucho tiempo Mónica anheló.
“Quedé muy muy agradecida con el Seguro Social, con la doctora, con el director del Hospital de Oncología, a quien no tengo el gusto de conocer, de saber que me han apoyado tanto y esa parte de volver a tener fe, a tener confianza y que en esta vida con paciencia todo llega”, enfatizó.